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13 de junio de 2011

Un lobo no mata a su presa «con la precisión de un neurocirujano»


El Garrofer – Boston

UN LOBO SOLITARIO indignó ayer a la población de Montpellier, en el estado de Vermont, tras matar a un gato de manera cruel y zafia en vez de hacerlo "con la precisión de un neurocirujano".
“Según toda la literatura al respecto, estos animales matan limpiamente”, dijo la veterinaria y vecina de Montpellier, Ivonne Gandolfi. “Pero esto es una chapuza”.

La falta de profesionalidad del súper depredador ha indignado a esta pequeña ciudad de Nueva Inglaterra donde según fuentes de la policía científica, "el lobo trasgredió todos los códigos deontológicos de su especie al someter a la mascota a una muerte lenta y dolorosa".

“A pesar de contar con unos aceradísimos colmillos, no hay indicios de que el cánido tratara siquiera de seccionarle la médula espinal, el bulbo raquídeo o la arteria carótida”, dijo el agente Pat Donahue. “Simplemente lo mordisqueó produciéndole abundantes laceraciones y abrasiones punzantes por todo el cuerpo”.

Los restos del gato fueron hallados semienterrados en la nieve y llevados al instituto anatómico forense de Boston, donde se determinó que el predador se comió al gato vivo y que, en todo caso, no fue matado "con la precisión de un neurocirujano".

El Catedrático de Zoología de la Universidad Complutense de Madrid, Héctor Pomeroe, puso en duda la veracidad de los datos. “El lobo al igual que el zorro, el turón o la gineta, clava siempre sus incisivos con la precisión de un neurocirujano”.