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13 de junio de 2011

A un señor le encanta una película pero la critica con desdén

cines renoir

El Garrofer - Madrid

RAMIRO VÁZQUEZ FUE AYER al cine con unos amigos cinéfilos y feos de cojones a ver una película que le entretuvo desde el principio hasta el final. Durante la proyección soltó una carcajada en una escena que le pareció divertida, pero al ver que sus amigos expertos no reaccionaban al chiste, hizo propósito de no exteriorizar sus emociones hasta que uno de ellos tomara la iniciativa.

“Pensé que se reirían”, comenta a El Garrofer este pobre de espíritu, que dedicó los minutos restantes a destripar mentalmente la película que tantísimo le había agradado.

Al llegar los títulos de crédito ya tenía preparado un gesto de hastío infinito que exhibió conspicuamente ante sus compañeros en cuanto se encendieron las luces. “Qué superficial, ¿no?”, susurró el no iniciado Ramiro encogiéndose de hombros.

Mientras, ya en la calle, sondeaba las miradas de sus antipáticos amigos con gabardina, uno de ellos resopló y dijo indignado: "por favor".

"Muy formulaica, ¿verdad?", preguntó Ramiro.

“Pero si te has reído, ¿no?”, dijo uno de los cinéfilos con la mirada clavada en el pusilánime. “Es verdad, se rió”, recordó sin mirarle otro trotskista.

Ramiro explicó que si se rió era porque le había recordado a un episodio personal muy gracioso y aclaró que la escena en sí le pareció deplorable. “Me ha parecido un filme sobreactuado, tonto y sin ritmo”, mintió Ramiro como un bellaco. “He estado a punto de salirme varias veces”.