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13 de junio de 2011

Richard Branson fracasa en su intento de cruzar el Sahara en catamarán

Túnez - Frederick Bueno
08-12-2008
EL MULTIMILLONARIO BRITÁNICO DE SONRISA FORZADA, Richard Branson, ha fracasado en su intento de cruzar el desierto del Sahara en su catamarán, Desert Maiden. Aunque estaba dispuesto a recorrer tres mil kilómetros de dunas, no consiguió navegar ni un centímetro, a pesar de los fuertes vientos del noroeste que por estas fechas azotan las arenas del Gran Desierto. El aventurero británico permaneció a bordo del barco durante tres días. “Nos ha sorprendido la aridez del terreno y la ausencia virtual de agua”, dijo Branson sin perder su sonrisa, a pesar de haber quedado totalmente despeinado.

El propietario de Virgin Atlantic aseguró que la primera noche empezó a intuir que la travesía sería complicada. “Fue necesario tirar muchas cosas por la borda”, aseguró el gran amateur de la navegación que, tras despedirse de su equipo de apoyo, pasó una noche de espanto. “Desde el saco de dormir pude oír un leopardo”, comentó.

“Al amanecer llegué a creer que el barco se movía, por mucho que la palmera que tenía a mi derecha me dijera lo contrario”, cuenta. “Así que les dije a unos beduinos que pasaban por allí que, por favor, la cortaran”.

Branson explica que se pasó la segunda jornada de su travesía haciendo como si viajara y que tuvo que provocar algunos percances para dar emoción a su estúpida aventura. Tras intentar en vano hacer zozobrar la embarcación con movimientos bruscos de espináquer, resolvió que lo mejor sería tirar todas las botellas de agua por la borda. Más adelante, buscó un alacrán y pasó descalzo a escasos centímetros para que estuviera a punto de picarle. “Casi me pica un alacrán”, escribió en su diario de abordo.

Tres días después de la salida frustrada de Branson, su equipo de apoyo -formado por tres helicópteros kiowa y seis hummers-, regresó al punto de partida. “La imagen desde el aire era patética”, cuenta el piloto Kenny. “El catamarán estaba rodeado de papel higiénico y excrementos, y montones de ropa y discos”.

A pesar del fracaso, Branson no se ha dado por vencido. Asegura que trabajará con sus ingenieros para dar con algún tipo de embarcación adecuada para mares secos. Simultáneamente, el emprendedor inglés seguirá desarrollando su submarino monoplaza para hacer la Ruta de la Seda en solitario.