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13 de junio de 2011

Alarma tras la muerte de un hombre por ingesta de sal común

Abimael Pope-Mancini - Jerez

EL MINISTERIO DE SANIDAD anunció ayer que la sal común empleada por millones de familias españolas para condimentar los alimentos es altamente tóxica. La alarma se desató después de que Feliciano Calatayud de Mier, de 47 años de edad y vecino de Jerez, falleciera de repente tras consumir 500 gr. de sal gorda.

“La víctima sufrió una crisis renal aguda seguida de fallo hepático y cardiopulmonar”, declaró la doctora Concha Miralles Miralles, del Hospital Clínico de Madrid. Según los resultados de la autopsia, el fallecido presentaba unos niveles de sodio en sangre de 987 miliequivalentes por litro (mEq/L), es decir, casi diez veces por encima del nivel normal.

“Aquel día Feliciano llegó a casa con mucha hambre”, dice a El Garrofer la madre del fallecido, Aurora de Mier. “Le dije ‘espera que aún no he hecho la compra’, pero ya sabe usted como son los jóvenes de impacientes”.

La señora De Mier dice que “Feliciano era un joven sin vicios aunque, eso sí, le gustaba mucho la sal y lo salaíco”.

La Ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, celebró ayer una rueda de prensa para tranquilizar a la población. “Quinientos gramos son mucho o poco dependiendo de qué, para qué y para cuántos”, dijo la ministra contando con los dedos. “Por ejemplo, si hablamos de angulas, quinientos gramos es poco para un marrano grande o para mí”, explicó levantando las cejas. “Pero cincuenta gramos de sal podrían sentarle mal a su bebé”.

La advertencia llega tarde para la desconsolada familia de Feliciano cuyo único error fue comerse a puñados un paquete de sal gorda. “Sus últimas palabras fueron, ‘sabe a mojama’ ”, recuerda Aurora.