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13 de junio de 2011

Opinión: "Si no quiere la sopa, que se la guarden para la merienda"

Principal Isaacs 2 por Covadonga Ibáñez

YA ESTÁ BIEN DE CONTEMPLACIONES. ¿Qué no quiere la sopa? Pues que se la guarden para la merienda, y si no para la cena. Efectivamente: ¡etcétera! Lo mismo da que se llame Pichu que Aminatu. ¿O es que ahora vamos a dar privilegios? ¿A cuento de qué, hombre?

Mi Ana nos tuvo a su padre y a mí amargados durante años. Todos los días a la hora de comer, un numerito. Que si no me gusta la cebolla, que se mi puedes apartar los guisantes, que si ahora no me apetece.

¿Y qué hacía su padre? Cada vez que la niña arrugaba el morro con la comida le batía dos huevos y le hacía una tortilla. O se ponía de su lado diciendo que no estaba bueno. O le sacaba el postre directamente.

Y así nos pasábamos los días, las semanas y los meses; de crisis en crisis con la niña de los cojones. Tratamos de convencerla de que era lo mejor para ella, pero ésta tampoco atendía a razones: cuando decía no ya podía arder Roma que ella no daba su brazo a torcer. (¿Les va recordando a alguien?)

Hasta que, claro, un día me planté y dije hasta aquí hemos llegado. "Niña, ¿que no quieres las lentejas? Pues te la dejas para merendar". Se pensaba que no iba en serio, pero no estaba dispuesta a perder esa batalla. Y al final se tomó las lentejas. Vaya que se la tomó.

Todo esto de la política es muy interesante, de acuerdo; pero a la hora de comer se apaga la tele, noticias o no noticias, y se come lo que le ponen a uno le guste o no le guste. Y luego hablamos de derechos humanos y de lo que usted quiera, pero ¿a cuento de qué va a estar todo un país pendiente de si esta tía se come o no la puta sopa? Que se la dejen para merendar, y verán cómo espabila.