El Garrofer - Madrid
A pesar de que la experiencia ha dejado evidentes secuelas en el fotógrafo Pipo Melgar, la histórica publicación española ofrece en primicia la primera foto jamás tomada de la muerte sin túnica.
En la primera toma de la secuencia se ve a la Parca sentada cerca de un merendero con una toalla negra al hombro y un ejemplar del diario La Razón. La siguiente toma es una sobrecogedora imagen de la muerte con la túnica aún puesta, pero sin capucha, en la que aparece haciéndose una coleta tras su blanca calavera.
A continuación, la vemos ya con la túnica caída hasta las caderas y exhibiendo un torso sorprendentemente sano y atlético. La Parca permaneció de esta guisa durante unos diez minutos, el tiempo que según el fotógrafo Melgar, tardó en leer las páginas de motor de La Razón.
La imagen perturbadora de La Parca con su calavera lechosa y sus redondos y turgentes senos, ha dado la vuelta al mundo, aunque ningún rotativo se ha atrevido a publicarla por temor a represalias.
La indignada Parca ha enviado un burófax al director de Interviú amenazándole con "no arrojar al mar su barca con un levante otoñal, y con no dejar que un temporal desguace sus alas blancas".
Además, instó al responsable editorial de este medio a destruir los negativos de inmediato o, de lo contrario, no permitirá "que lo entierren sin duelo, entre la playa y el cielo". La Parca fue tajante al aseverar que se puede ir olvidando "de la ladera del monte más allá del horizonte", y subrayó que "no tendrá buena vista".
