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13 de junio de 2011

Ejecutan a dos maestras en Salem por cuestionar el calentamiento global

salem

Germán Clos – Andover, Massachussets

DOS PROFESORAS DE INSTITUTO y una celadora fueron ejecutadas ayer en la localidad de Salem, en el estado de Massachussets, tras saberse que habían hecho "proselitismo negacionista" sobre el calentamiento global y sus consecuencias.

Los magistrados locales, Jonathan Corwin y John Hathorn, determinaron que Sarah Osborne, Sarah Good, y una señora de la limpieza de origen haitiano conocida como Tituba, incitaron a una cuarenetena de adolescentes del instituto del pueblo a “negar la evidencia científica de que el dióxido de carbono generado por el uso indiscriminado de combustibles fósiles es el responsable del cataclismo ecológico en ciernes”.

Osborne y Good empezaron a levantar sospechas el año pasado al convertirse en las únicas residentes de su barrio que no se habían comprado un Toyota Prius. “Donde hay humo hay fuego”, dijo a El Garrofer John Hale, antiguo vecino de Sarah Osborne.

“Un día se le escapó una broma sobre el calentamiento global”, dice Hale, profesor de astrofísica de la Universidad de Boston. “Aurora [su mujer] y yo nos miramos como diciendo ‘oh, no’”, comenta. “A la mañana siguiente enviamos un SMS a [los jueces] Corwin y Hathorn haciéndoles saber lo sucedido”.

Tras la denuncia de Hale, los magistrados ordenaron el registro del domicilio de Osborne, donde se incautó una carpeta de redacciones escritas por sus alumnas sobre “la farsa del calentamiento global”. Entre los trabajos destacaba el escrito por una tal Abigail Williams, de 14 años de edad, que bajo el título “Ni calentamiento ni pollas”, negaba la existencia de este fenómeno.

Tras ser requerida para prestar declaración, Abigail proclamó su inocencia y fue puesta en libertad tras incriminar a su maestra, a Sarah Good (una colega de ésta) y a la susodicha Tituba. Las tres fueron arrestadas poco después.

Según las actas del interrogatorio, al mostrarle una foto de Al Gore, Tituba puso los ojos en blanco, se orinó y empezó a echar espumarajos por la boca entre violentas convulsiones. “¡El panel intergubernamental de expertos sobre el cambio climático me repugna!”, exclamó mientras se desgarraba el vestido. “¡Muera Al Gore! ¡Muera la Tierra!”

Al oír a su correligionaria en la sala contigua, Sarah Osborne y Sarah Good se arrancaron el pelo a jirones mientras clamaban por el fracaso de la Cumbre Climática de Copenhague.

Horas después, las tres mujeres fueron conducidas semidesnudas a una tarima montada ante el ayuntamiento de Salem, donde murieron de hipotermia tras recibir el impacto de innumerables bolas de nieve.