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13 de junio de 2011

Un fontanero de Alabama, primer estadounidense en darse de baja como blanco

hunterEl afroamericano Foutch en su etapa de blanco.

Germán de la Hoz - Newark

GARY FOUTCH, un fontanero de Mobile, Alabama, se ha convertido en el primer estadounidense en darse de baja como blanco. Su objetivo: afrontar el desafío de triunfar como afroamericano. Foutch, de 43 años de edad, explica que su decisión se fundamenta “en el deseo de vivir plenamente la experiencia americana, la cual no se puede entender sin la contribución de los afroamericanos”.

“Mi objetivo no es sólo ser negro, sino sobreponerme a la adversidad de mi condición racial y convertirme en un profeta de la sociedad civil, como Luther King o el propio Obama”, dijo este nieto de un prominente miembro del Ku Klux Klan. "Es un compromiso ético y patriótico".

“Espero que muchos sigan mi ejemplo para purgar de una vez por todas el gran pecado histórico de este país”, dijo Foutch a El Garrofer mostrando la documentación que acredita su baja como blanco en las dependencias del Alabama Caucasian Registry de Jackson, la capital de un estado en el que todo el mundo que no es blanco es negro por defecto.

“Hacerme negro fue como un pequeño suicidio, porque te insisten mucho en que el proceso es irreversible”, dice Foutch, que confesó haber atravesado un breve periodo de autorechazo.

A pesar de tener la tez clara, el pelo rubio y los ojos grises, este hombre dice que su identidad no es ya la de un hombre blanco. “En cuanto te haces negro empiezas a notar un dolor ancestral que no se puede entender desde fuera y sobre el que prefiero no extenderme”, dijo con los ojos vidriosos.

¿Y ahora?

“Ahora a sobreponerse a todo y a triunfar”, dijo Foutch, que fue abandonado hace seis meses por su mujer tras negarse ésta a permanecer casada con un hombre de color. Desde entonces ha tenido que afrontar todo tipo de discriminaciones.

“Poco después de dar el paso mi casero me dijo que tenía que irme porque se casaba una hija suya y quería el piso para ella”, recuerda con una expresión de dolor hondo pero también de determinación. “Hay que seguir hacia adelante”.

Harto de las miradas recelosas de sus vecinos, Foutch se mudó a un barrio predominantemente negro de Nueva York, donde poco a poco va entablando amistades e integrándose en el entramado social afroamericano. "Me llaman Whitey porque soy un poco claro para ser negro", dice. "Nuestro espectro tonal es muy amplio".