Durante la ceremonia de inauguración, presidida por el cineasta español Pedro Almodóvar, se realizó un almuerzo campero a base de tortilla de patata con cebolla y vino. Acto seguido se procedió al simbólico atropellamiento de un perro y al vertido de una arroba de envoltorios transparentes de L&M, sacos de cemento vacíos, latas descoloridas de Mirinda y bolsas de Otra bolsa del Guerrillero y Spar, entre otras basurillas de arcén.
En la nueva sede castellana de Utah se podrá degustar el morteruelo y los gazpachos manchegos, siempre y cuando el visitante los lleve consigo. También será posible, e incluso probable, quedarse sin gasolina, pinchar una rueda o tener cualquier otro altercado vial propio de Castilla-La Mancha.
"Invitamos a todo el mundo a echarse unos zarajos al petate para descubrir Castilla-La Mancha en Utah", dijo el Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, Jose María Barreda, que selló el acuerdo de intercambio cultural con el gobernador de Utah, John M. Huntsman Jr., mediante un dubitativo apretón de manos.
Huntsman expresó su admiración por el paisaje de la nueva sede en Utah y se mostró ilusionado por la próxima inauguración, en unos rastrojos de Honrubia, de Quixotic-Utah: la sede del estado norteamericano en La Mancha, donde los mormones podrán acudir a rascarse el pubis y a peregrinar en círculo.
Este acuerdo se produce un mes después de que fracasaran las negociaciones para abrir una sede de Castilla-La Mancha en Castilla-León. "No se pueden mezclar las churras con las merinas", explicó Barreda.