

"No sé cómo expresarlo, ser cura está bien, pero ser yo se me empezaba a hacer un poco cuesta arriba. Un día me dije, ¿y por qué no abandonar para siempre a Joseba Aguirre? ¿Por qué no ser Robert de Niro?" Tras la aprobación del obispo, Joseba se convirtió en Robert de Niro sin perder, en el trance, ni un ápice de su fe. "Menuda putada", declaró el padre De Niro.
En la imagen, el párroco antes y después de la conversión.