El párroco vizcaíno Joseba Aguirre, decidió dar un cambio radical en su vida aunque, eso sí, sin que tal cambio significara colgar los hábitos. Al fin y al cabo, su crisis no fue precisamente de fe. "La Iglesia es mi vida, mi casa, mi vocación", declaró el entonces Joseba a Lo Garrofer.
"No sé cómo expresarlo, ser cura está bien, pero ser yo se me empezaba a hacer un poco cuesta arriba. Un día me dije, ¿y por qué no abandonar para siempre a Joseba Aguirre? ¿Por qué no ser Robert de Niro?" Tras la aprobación del obispo, Joseba se convirtió en Robert de Niro sin perder, en el trance, ni un ápice de su fe. "Menuda putada", declaró el padre De Niro.
En la imagen, el párroco antes y después de la conversión.