"El momento más importante de mi vida fue ver a mi gato Poli sobrevivir después de ser succionado por el reactor de un jet", dice Renata Mascato en sus memorias. "Tras aquella experiencia supe que todo era posible".
Renata, hija del magnate sudanés de la hostelería Abdul Aziz Al Juruk Mascato, explica en sus memorias que, tras terminar su carrera militar en West Point, su padre decidió colocarla de botones en el hostal merendero Marharat Bgtrabe de Bombay. "Fue un reto extraordinario", dice Mascato, que cuarenta años después, sigue acudiendo a la recepción del hostal como una empleada más para seguir las instrucciones del ordenanza. "No hay nada más maravilloso que ver la sonrisa de un cliente al comprobar que su té tiene la dosis exacta de sacarina".
Renata, hija del magnate sudanés de la hostelería Abdul Aziz Al Juruk Mascato, explica en sus memorias que, tras terminar su carrera militar en West Point, su padre decidió colocarla de botones en el hostal merendero Marharat Bgtrabe de Bombay. "Fue un reto extraordinario", dice Mascato, que cuarenta años después, sigue acudiendo a la recepción del hostal como una empleada más para seguir las instrucciones del ordenanza. "No hay nada más maravilloso que ver la sonrisa de un cliente al comprobar que su té tiene la dosis exacta de sacarina".