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"El esfuerzo requerido era excesivo", se lamenta un participante. |
Lo Garrofer - MADRID
EL PRIMER DECATLÓN POPULAR celebrado hasta la fecha concluyó ayer en la
Casa de Campo de Madrid con un total de 23.456 abandonos, un 98,4 por
ciento de los 23.532 inscritos. La competición de diez eventos atléticos
fue promovida por la federación española de atletismo y contó con el
patrocinio de la franquicia de material deportivo Decathlon. La prueba
contó con la presencia estelar del estadounidense Ashton Eaton, invitado
por la organización. “Me sentí bien desde el principio”, dijo el plusmarquista mundial tras proclamarse vencedor con 8.540 puntos y que no encontró rival entre las varias decenas de decatletas federados de diversos clubes de España que sí consiguieron culminar los diez eventos.
“La verdad es que el tiempo era perfecto para registrar una buena marca”, dijo con voz pausada mientras una multitud de hombres con dorsal deambulaban desorientados entre colchonetas, barras y pértigas desperdigadas por el suelo.
Fue un día intenso para los servicios sanitarios de la capital, que tuvieron que atender a miles de participantes por lesiones diversas. “Sobre todo mucho contusionado”, comentan fuentes del SAMUR a este periódico, “pero también ha habido luxaciones de hombro y rodilla, y laceraciones punzantes en zona inguinal y perianal”.
“Me hacía ilusión intentar el salto con pértiga y esperaba superar al menos los tres o tres metros y medio”, dijo Jesús Urbaneja de 56 años, soldador y sin experiencia deportiva previa, que viajó desde la localidad oscense de Sabiñánigo para participar en el multitudinario evento. “Claro, en el momento del despegue me lastimé”. A pesar de su aparatosa lesión escrotal, Urbaneja asegura no haberse arrepentido de participar en el primer decatlón abierto a cualquier patán dispuesto a abonar los 95 euros de inscripción. “La experiencia ha sido positiva y además el seguro te cubre todo”, dijo.
“Yo había depositado mis esperanzas en el lanzamiento de disco, pero no ha podido ser”, dice Ismael Martos Cepeda de 28 años, que se retiró tras sufrir una fuerte contusión en la frente en el salto de longitud. “Me calcé una buena hostia”, comenta el muy idiota, que cayó de cabeza fuera de la fosa. El zaragozano Oriol Riglos de 41 años fue uno de los cientos de inscritos que simplemente no pudo con el rigor físico de un decatlón. “Al llegar al ecuador de los 400 metros me dije, ya está bien, hombre, ya está bien”, rememora visiblemente airado.